sábado, 29 de septiembre de 2012

Leyendo bajo la lluvia...


Nuestra segunda sesión de Lecturas en el jardín no se celebró precisamente en un jardín... Una entrometida lluvia nos obligó a improvisar un lugar a cubierto y tuvimos la suerte de contar con la ayuda desinteresada del Espai Jove La Fontana. Nuestro más sincero agradecimiento a Erika, así como a OlokutiJiwar, que hicieron todo lo que estuvo en su mano para que la sesión pudiera celebrarse. 

Lo importante es que al final conseguimos tener a cubierto a nuestros tres lectores, a nuestra moderadora Rosa Mena y a un nutrido público. ¡Contamos a más de 30 personas!


Jan Farina inició la lectura de su trepidante novela detectivesca, Un despacho sin clientes, ambientada en la España de los cuarenta. Por su fragmento desfilaron detectives reales de nombre falso, policías franquistas de guantazo fácil y peligrosos guerrilleros históricos como el fascinante Quico Sabaté. Quedamos con ganas de saber qué sucedió con el misterioso encargo que el detective Pérez Moya recibió del comisario, pero tendremos que esperar a que acabe su novela. Tal vez en su perfil de Facebook esté dispuesto a avanzarnos algún detalle a medida que avance en la escritura.


Iñaki Marín supo leer con gran expresividad su fragmento de la novela La sombra del buitre, en la que a la luz del fuego --pero también a la luz de la física cuántica-- se fue desgranando casi ante nuestros ojos un flirteo ilícito entre la pragmática farmacéutica Pilar Laborda y un idealista profesor de física que no augura nada bueno... Salvo para sus futuros lectores, naturalmente. 


Por último, Jordi Fenosa aportó un divertido cambio de registro al presentarnos a su extravagante señora Von Sprüngli y a su camaleón doméstico aficionado al chocolate deshecho. Con sus uñas moradas y pelo naranja, la sorprendente mujer posee la capacidad de desplegar las alas y revolotear por el techo de las tabernas de piratas. Un extraordinario fragmento de novela juvenil que nos hizo desear a todos volver a la infancia para que alguien nos lo leyera antes de dormir.

Sin embargo, y aunque, como veréis por la foto, las circunstancias improvisadas de nuestra ubicación entretanto nos habían obligado a cambiar de sala, pudimos confirmar lo que ya descubrimos en la primera sesión: Lo más interesante de Lecturas en el Jardín es sin lugar a dudas el debate posterior. Hasta el punto de que para las sesiones futuras nos hemos propuesto reducir a 2.200 palabras la longitud de los fragmentos leídos a fin de potenciar el debate un poco más.


En la discusión averiguamos que la novela de Jan Farina surgió de su atrevida ocurrencia de presentarse un día, sin cita previa, en un despacho de detectives anunciándoles que buscaba material para escribir. Ellos lo pusieron en contacto con un detective retirado que le proporcionó muchas de las historias y ambientes que refleja con extraordinario realismo en su novela. Aunque sus fuentes también fueron otras. "Me gusta escuchar lo que me cuentan las personas mayores", nos explicó. Suponemos que de ahí surge su gran habilidad para captar el ambiente de la deprimida España de los cuarenta.

Uno de los orígenes de la novela de Iñaki Marín, en cambio, fue su deseo de dar a conocer algunos abusos de la industria farmacéutica, representada en la figura de su protagonista Pilar Laborda. Sin embargo, a medida que avanzaba la novela algunos aspectos se le fueron de las manos y, como suele suceder, sus protagonistas decidieron por él el camino que querían tomar. Así que ni él ni nosotros sabemos todavía cómo acabará la relación entre Pilar y Pablo, ni qué sucederá cuando se entere Matías... 

La novela de Jordi Fenosa --todos pudimos comprobarlo-- es de gran riqueza visual. Así que, como cabe esperar de un  ilustrador de larga experiencia, el origen de sus narraciones suelen ser las imágenes. También terminó de animarlo a escribir la calidad a menudo mejorable de algunos de los textos que le tocaba ilustrar. ¡Nos quedamos todos con las ganas de ver su versión gráfica de Magdalena Van Sprüngli! Tal vez, cuando la tenga, esté dispuesto a compartirla en este blog, ya que nos encantaría ir documentando aquí de vez en cuando los progresos en la obra de nuestros lectores, que ya son también nuestros amigos. 

Pero el debate no se quedó ahí. Se habló, entre muchas otras cosas, de las dificultades de combinar la escritura con otro tipo de trabajos alimenticios o con la familia, los problemas de disciplina o de las emociones que produce crear un universo literario. ("¡Pura felicidad!", nos decía Iñaki, para quien el placer de la escritura supone una auténtica amenaza cuando va en moto imaginando mundos). 


Demasiados aspectos interesantes para resumirlos aquí, así que quien quiera asistir a una discusión parecida sobre los entresijos de la creación literaria, tendrá que asistir a nuestra próxima sesión de Lecturas en el Jardín, cuya fecha anunciaremos en su momento. ¡Recordad que los interesados ya podéis empezar a enviarnos fragmentos de vuestra novela en curso, ahora de sólo 2.200 palabras!

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